Hoy en día con la actual tecnología, en muchos casos no se tienen en cuenta ciertos detalles para tallar la piedra. En Antonio Rosales, se corta la piedra al “andar”, es decir, por el lado que en la madera se denomina “veta” pues es por donde la piedra tiene más tensión y resistencia y además se trabaja mejor. El conocimiento del material y aspecto determinan su dirección, que a simple vista no se aprecia, marcado por la Mica. Por ejemplo el granito tiene otro “andar”, más leve, que es el producido por el Polo Magnético en sus partículas metálicas como la Pirita.
También es importante fijarse mucho en las pruebas físicas, de resistencia, porosidad y de desgaste, ya que muchos materiales como la caliza, la arenisca, la calcarenita y en general sedimentarios no ofrecen las mismas resistencias. Hay talleres que cortan los bloques de una o dos pasadas (en 60 o 30 cms) y el granito de 1 o 2 cms y la herramienta de talla se afilan según se talla. La herramienta se roma al poco de tallar y para que trabaje se afila en esmeril cada poco. Aun utilizando herramientas de “widea” (dureza similar al diamante) la duración es corta.
El trabajo, aun con herramientas de diamante, debe hacerse humedeciendo la piedra en función del proceso: en el corte, mucha cantidad, en el pulido, media cantidad y en su acabado final, tallado y repasado, solo húmedo, pues es la forma ideal para el material y para los que la tallan, también la forma de acometer con las herramientas el trabajo, no se puede forzar herramienta y piedra, pues pueden quebrar indistintamente y tampoco se acaba antes, con el granito no se puede ir de frente, hay que ir parejo, y llevarlo bien, en caso contrario siempre se impone, es un material imprevisible y castiga a los que tratan de forzar o dominar, es duro pero delicado, se puede tallar bien y relativamente rápido conociendo su estructura y percepción del material.
Para el buen proceso en cualquier pieza se requiere aplicar ciertas pautas, como el posicionado de esta, en el taller, “bancada” correcta y cómoda, a la distancia apropiada de la herramienta, así como los medios de manipulación que simplifiquen el movimiento y volteado de las piezas, en un entorno bien ventilado, bien iluminado, y sobre todo bien ordenado y limpio, es fácil en poco tiempo de amontonarse gran cantidad de escombro y que este provoque molestias o un traspiés, no es bueno tampoco mangueras y cables en el suelo, lo mejor es la instalación suspendida pues más fácil de utilizar y no se deterioran. El ambiente lo más limpio posible, incluyendo ventiladores regulables para que evacuen el polvo.
Todo esto y muchos más detalles, que hagan del tallado una experiencia más centrada en su calidad, curiosidad y aprecio. Se tiene en cuenta la vocación de los operarios y se disponen de medios para que encuentren satisfacción y valoración en su trabajo.
Tras más de 30 años insistiendo y mejorando cada aspecto desde el diseño hasta la instalación, hacen referencia a un nombre en el mercado internacional.